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Testimonio de un testigo protegido en proceso penal sobre inmigración ilegal

jueves, 20 de diciembre de 2012

Como testimonio de interés sobre la inmigración ilegal, la trata y la prostitución forzada ofrecemos a continuación una noticia publicada por un medio de comunicación en la que se recogen los detalles de un proceso penal que se está desarrollando en Huelva. Adjuntamos la referencia de la noticia a continuación.

TÉMOIGNAGE D’UN TÉMOIN PROTÉGÉ DAS UNE PROCÉDURE PÉNALE CONTRE L’IMMIGRATION CLANDESTINE. Comme preuve de l’intérêt sur ​​l’immigration, le trafic et la prostitution forcée on offre ci-dessous un article publié par des médias dans ce qui donne les détails d’un procès pénal quie se déroule à Huelva [le texte continue en espagnol].

La testigo protegida en el caso de los once acusados de delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal con fines de explotación sexual, de determinación coactiva a la prostitución y de falsedad en documentos oficiales, cuya segunda sección del juicio se ha celebrado este martes en la Audiencia Provincial de Huelva, ha asegurado durante su declaración que fue «obligada» a prostituirse para pagar el viaje que emprendió a España, para lo que le exigían «una cantidad de 50.000 euros» y hacía ingresos todas las semanas porque recibía «amenazas de muerte» con rito vudú.

Durante la segunda sesión, tras una pantalla en la sala de vistas de la Sección Tercera de la Audiencia, esta testigo ha narrado que le ofrecieron venir a España para trabajar cuidando niños o de camarera; sin embargo, cuando llegó, miembros de la banda «compraron ropa para ejercer la prostitución» y la mandaron a un club ubicado en Badajoz, donde también trabajaba otra de las acusadas, J.B., quien «la controlaba».

En un principio, ha asegurado que creía que el viaje era «legal» pero después se dio cuenta de que le habían creado un pasaporte «falso» y que todo «se hacía con muchas irregularidades», ya que en un principio le dijeron que «viajaría al completo en avión», pero después viajó en «camión, patera, avión, y en un autobús llegó a Huelva», donde vivió en casa del matrimonio, conformado por H.P. y T.G., considerados dos de los responsables de la supuesta trama.

Estas dos personas, según ha remarcado, la enviaron al club de Badajoz tras enseñarle palabras básicas del castellano, y aunque se negó esta negativa fue seguida de «amenazas» a ella y a su familia. Del mismo modo, ha indicado que tardó tres años en denunciar porque «tenía miedo y no conocía el idioma».

A su vez, han declarado dos testigos, dos policías nacionales, y uno de ello ha asegurado que intervinieron líneas telefónicas porque tuvieron conocimiento de que esta organización «tenía otras cuatro víctimas en Libia, cuatro chicas que querían introducir en España de forma ilegal».

Por su parte, la Fiscalía ha renunciado a la declaración de dos testigos más, también policías nacionales, y a su vez, junto a los todos los letrados, ha renunciado a las declaraciones de los peritos, ya que en los informes elaborados por falsificación no imputa a los acusados.

En esta segunda sesión, el juicio ha quedado visto para sentencia al elevar las conclusiones los letrados y el Ministerio Fiscal, el cual se ha ratificado en todo el escrito de acusación, excepto en las penas para los tres acusados que en la primera sesión se conformaron con los hechos, y las ha rebajado.

Nulidad de las escuchas

Cabe recordar que en la primera sesión, los letrados de las once acusados solicitaron la nulidad de las escuchas telefónicas porque creen que la Policía las intervino sin base indiciaria basándose en una sentencia del Tribunal Supremo emitida el pasado mes de julio, una cuestión con la que la Fiscalía discrepó.

En esta primera sesión, ocho de los once acusados negaron los hechos, sin embargo tres de ellos, acusados de falsedad de documento oficial, se conformaron con los mismos pero no con las penas.

Los supuestos cabezas de la trama, el matrimonio formado por H.P., y T.G.J., y H.G., y J.B —que trabajaba en un club de Badajoz—, negaron los hechos, las conversaciones telefónicas y que controlaran u obligaran a mujeres nigerianas a prostituirse, y otro de ellos ha negado que practicaran el rito vudú. Otro de los acusados aseguró que mandaba dinero a Libia pero a la familia de su novia, que vivía allí, no a ninguna organización. A su vez, la mayoría manifestó que llegó a España con pasaporte, excepto uno de ellos que llegó en patera.

Fuente: 20minutos.es