Anna Terrón, Secretaria de Estado para la Inmigración, presentó el pasado martes en Pamplona el curso de verano titulado «Europa, tierra de acogida: una política de inmigración para Europa«. Con ocasión de su presencia en la capital navarra el Diario de Noticias publicó una entrevista en la que la Secretaria de Estado se pronunció sobre distintos aspectos vinculados con la inmigración en general, y con la inmigración irregular en particular.

ANNA TERRÓN: «IL N’Y A PAS DE MAJORITÉ PRÊTE À UNE RÉFORME DE SCHENGEN».  Anna Terrón, la Secrétaire d’État pour l’Immigration de l’Espagne, a présenté le mardi passé à Pampelune (Navarre) le cours d’été «L’Europe, terre d’accueil: une politique d’immigration pour l’Europe». À l’occasion de sa présence dans la capitale navarraise le Journal «Diario de Noticias» a publié une interview dans laquelle le Secrétariat d’État s’est soulevé sur des aspects distincts liés avec l’immigration en général, et avec l’immigration irrégulière en particulier.

Por su interés, transcribimos el contenido de la misma.

¿Por qué no hay una política común en el marco de la inmigración en Europa?

Creo que hay una contradicción muy clara entre la necesidad que tenemos de una política europea de inmigración y la necesidad de una coordinación de políticas, unido a un papel importante de Europa en la gobernanza global de las migraciones y la movilidad de las personas. La actual situación de crisis provoca muchos miedos y cada vez más reacciones de repliegue nacional ante problemas que solo tienen soluciones europeas y globales. Eso está teniendo un fuerte impacto en el proceso de construcción europea porque, tanto Europa como los inmigrantes, pueden verse como otros a los que podemos acusar de nuestros males y sentirnos mejor. Pero así los problemas se empeoran. La política debe abstraerse para alcanzar soluciones.

¿La inmigración es una amenaza real o puede ayudar a salir de la crisis?

La inmigración, como fenómeno humano complejo, tiene aspectos e impactos positivos y negativos. La política de inmigración debe controlar los aspectos complicados, gobernar las migraciones y hacer que aquellos que han contribuido en un momento de crecimiento al desarrollo del país, ayuden también a salir de la crisis. De esta crisis no podremos salir unos contra otros, o todos juntos o no saldremos. Eso requiere introducir gobierno a las migraciones pero sin culpar a los inmigrantes del paro que hay porque, si desaparecieran los 1, 2 millones de extranjeros que están trabajando, no se crearían empleos al mismo nivel. No es tan sencillo.

¿El aumento de la inmigración provoca más xenofobia y racismo?

Hace poco se presentó el informe del Observatorio sobre Racismo y Xenofobia y la gente cree que hay un 22% de inmigrantes en nuestro país, cuando en realidad no llega al 12%. El racismo y la xenofobia creo que lo generan situaciones de poca cohesión social, difíciles, y el miedo que todos tenemos a que las cosas vayan a peor en una situación de crisis.

¿Cómo se gestiona la llegada de las pateras?

Las llegadas en pateras son dramáticas y sigue existiendo un porcentaje de siniestralidad. Sin embargo, llegada no significa permanencia, el objetivo es la repatriación y lo conseguimos en un número importante. Estamos en franjas bajísimas de llegadas porque el mediterráneo esta en una situación complicada y Marruecos se ha convertido en país de destino, no de paso. Actualmente tenemos unas 600 personas en Ceuta pendientes de identificar y repatriar pero nada similar a las llegadas de hace unos cinco años.

¿Hay cifras sobre el número de ilegales en el Estado?

No hay datos porque sería convertir en noticia una especulación. Es menor de lo que se dice. Sabemos que hay personas en situación irregular, pero no tenemos muchos casos.

¿Puede ser porque ya no somos un destino atractivo?

Evidentemente. Nosotros vinculamos nuestro modelo migratorio a nuestro mercado de trabajo. En los últimos años hemos absorbido mano de obra en sectores que actualmente están parados como la construcción, y ese modelo que permitía la entrada en momentos en los que había demanda de mano de obra para cubrir, ahora ya no existe.

¿Cabe esperar retrocesos importantes en el espacio Schengen?

No, pienso que no. El lunes tuvimos un consejo extraordinario informal en Polonia en el que se discutió este asunto y se concluyó que no había una mayoría dispuesta a una reforma de Schengen (acuerdo de libre circulación entre 25 países europeos). Se trata más bien de reforzar las fronteras exteriores y, aunque no se alcanzó ningún acuerdo, hubo una especie de consenso en el que se planteó que lo más conveniente era intervenir exclusivamente allí donde un Estado falle de manera sistemática y permanente en el control de su frontera exterior. Es importante y siempre hemos sostenido que la gestión de las fronteras exteriores requiere más Europa, no menos Europa. No tiene sentido resolver un problema de fronteras exteriores instalando fronteras interiores.

Fuente: Diario de Noticias